¿Realmente el cambio de horario es necesario?…
Nuestros
representantes públicos quedan en evidencia ante esta política, al día de hoy es un tema de moda que genera polémica
entre la población quintanarroense. Esta propuesta aprobada en la cámara de
cenadores violenta las costumbres de los avecinados en el estado, otra manera
de expresarlo es que afecta la cultura de los quintanarroenses. Es claro que
este movimiento en los usos horarios es meramente económico olvidando por
completo nuestros representantes nuestras costumbres y posibles afectaciones…
A estas alturas, si fuera el caso de que se aprobara en la cámara de diputados de la federación “el hombre a todo se acostumbra” y de lo que si estoy seguro es que la resistencia al cambio es normal, aun sea en beneficio creciente para la humanidad.
Deseo compartir el siguiente articulo de Guillermo Vázquez
Handall, el cual nos permitirá poder entender un poquito mas.
“Una vez que se dio a conocer la
noticia de que las Comisiones unidas de Energía y Estudios Legislativos del
Senado habían aprobado el dictamen para reformar la Ley del Sistema Horario de
la República Mexicana, que simple y llanamente significa el cambio de huso
horario para el Estado de Quintana Roo, dio inicio la polémica que confronta a
diversos sectores de la entidad.
Si bien es cierto que el dictamen ha sido enviado a la Cámara de
Diputados para su discusión y aprobación final, situación que va a demorar
varios meses, primero por la propia dinámica de la agenda legislativa y por
supuesto en atención a las reacciones de la sociedad, la sola noticia ha
provocado innumerables manifestaciones.
Pareciera que la circunstancia, independientemente del sentido
de la iniciativa y que está todavía no ha sido sancionada, nos remonta a las
épocas en que la división de intereses en el Estado, segmentaba al norte del
sur, como si se tratara de dos estados diferentes y no de uno solo.
Por un lado y en principio de cuentas porque la intención surge
del sector empresarial de Cancún, la promoción y el cabildeo previos al proceso
legislativo se circunscribieron básicamente a esa región.
Por esta razón, el primer síntoma de molestia y rechazo proviene
de la exclusión que argumentan los sectores más influyentes tanto de la zona
maya como de la capital del Estado.
La situación implica que aun antes de entrar al debate de los
beneficios o los perjuicios que el eventual cambio de huso horario
significaría, lo que se pone sobre la mesa de discusión es la supuesta
parcialidad con la que se desarrollaron las cosas.
No porque estas se hubieran hecho a escondidas, eso está claro
que no, sino porque no se tomo en cuenta la opinión de los ciudadanos de estas
partes de la entidad y la medida no solo corresponde a Cancún, abarca por
supuesto toda la geografía estatal.
En principio de cuentas la iniciativa y su sentido sugieren que
el cambio habrá de producir grandes beneficios tangibles para el desarrollo y
fortalecimiento de la actividad turística, misma que es base y motor de la
economía del Estado, eso debería ser lo más importante, lo único que realmente
seria trascendente.
Sin omitir que el ahorro del consumo en energía eléctrica para
negocios y particulares es de suma importancia, por tanto su aportación es
mayor a los sacrificios que eso llevaría de por medio.
Lamentablemente el asunto confronta las ópticas, peor aún la
discusión divide nuevamente en dos al Estado, como si se tratara de un asunto
de supremacía regional, ese es el punto de quiebre.
Atento a las expresiones surgidas desde el anuncio, lo que
sobresale como principal argumento de quienes se asumen en contra,
fundamentalmente vertidas en el centro y sur de Quintana Roo, no es la
aportación que el cambio pueda generar, sino la falta de consenso.
Esto nos lleva a concluir, que al mismo tiempo en que se corre
el trámite legislativo, según los ciudadanos del centro y sur, los impulsores
del cambio de huso horario, tendrían que ampliar la cobertura de la intención,
es decir involucrar a las gentes de estas regiones a la discusión, convencer a
sus grupos y organizaciones principales de las bondades de la modificación y
hacerlos sus aliados.
Ahora bien no parece que eso sea la solución definitiva, porque
lo que está de por medio en la queja, no es como decíamos el objetivo, sino la
forma. No es el análisis de las aportaciones y sus ventajas, solamente el hecho
de la participación y esta hasta ahora por más activa que sea, no tiene ningún
argumento de peso valido en contra.
Estas posiciones claramente encontradas han causado ya un efecto
en los Diputados Federales, tanto los de nuestro Estado, sin distingo de
militancia partidista, como a los integrantes de la comisión de Energía del
Congreso.
Los legisladores coinciden en general, en que la reforma
constitucional para ser aprobada requiere de una mayor consulta social y
técnica que contribuya a ampliar los criterios de decisión.
Independientemente de ello, el Gobernador Roberto Borge, quien
se manifiesta abiertamente a favor del cambio de horario, ha solicitado
formalmente a la Secretaria de Energía del Gobierno Federal, la realización de
un estudio que establezca pros y contras, esto con la intención de contar con
datos concretos, que a su vez sean los elementos de juicio en torno a los
cuales se concentre la discusión.
Ahora bien, no podemos hacer de lado, que por la naturaleza
polémica de la coyuntura, esta cobra una dimensión adicional al sentido
original de la iniciativa que pretende modificar el huso horario.
Estando inmersos en plena campaña política para renovar la
Presidencia de la República y el Congreso, cualquier tema que conlleve la
manifestación de puntos de vista encontrados se vuelve una complicación.
Esta circunstancia puede fomentar efectos que incidan
directamente en el proceso electoral, en la intención misma del voto, sobre
todo si los sectores que se asumen en contra del cambio de huso horario se
inclinan a politizar el tema.
Como comentábamos en la columna anterior, ante el surgimiento de
cualquier iniciativa que lleve aparejada ópticas contrastantes, en simultáneo
aparecen liderazgos que intentan aprovechar la confusión para ganarse un
espacio.
Si bien es cierto que en la mayoría de las ocasiones estos
liderazgos no son genuinos y lo que persiguen es la consecución de prebendas
para quienes los encabezan, también hay que reconocer que fomentan escenarios
de ruptura social y estos gracias a la polarización que alcanzan se vuelve un
riesgo para los candidatos del partido que apoya la iniciativa en cuestión.
Como la iniciativa de reforma a la ley fue presentada por
Francisco Labastida Ochoa y Arturo Escobar Vega del Partido Revolucionario Institucional
y Verde Ecologista respectivamente, el costo político le terminara pesando a
los candidatos de sus partidos, que además van en coalición.
Durante las campañas políticas, los candidatos y sus aliados
juegan en el margen del acierto y el error, propios y del contrario, si la
expresión social en contra de la iniciativa cobra una dimensión mayor, aun sin
razón, siempre quedara la posibilidad de que el Presidente de la República o el
Gobernador del Estado, de acuerdo a sus facultades, puedan vetar la misma.
Los obstáculo que representan los tiempos legislativos y sus intrincados
procedimientos, el peor enemigo de la intención para cambiar el horario, son
precisamente los tiempos políticos.
Más allá de que se hace evidente que el asunto exige una
discusión local mucho más profunda e incluyente, que involucre todas las voces
sean cuales sean sus posturas, hoy lo que pone el asunto fuera de contexto es
el proceso electoral.
Desde nuestro muy particular punto de vista, la modificación del
horario representa muchos más beneficios que perjuicios, en todo caso, los
sacrificios que exige son menores si se comparan con las ventajas que puede
representar, sin embargo eso debe ser una decisión mayoritaria.
No puede haber una sola determinación que pueda lograr el
acuerdo absoluto, en la balanza siempre tendrán que haber posiciones
diferentes, las que logran prevalecer son las que consiguen el apoyo de la
mayoría.
Los efectos positivos que son la base para modificar el huso
horario, deberían ser elementos más que suficientes para establecer su
conveniencia y por ende contar con el respaldo colectivo.
Aun así corremos el riesgo de perder una oportunidad de hacer lo
correcto para mejorar, a cambio de permitir que la intransigencia, la cerrazón
y no las razones sean superiores al impulso del desarrollo.
Hoy el principal obstáculo de la iniciativa para cambiar el huso
horario, transita por aspectos políticos y la política precisamente se trata de
resolver conflictos mediante el dialogo, para alcanzar acuerdos que sirvan a
todos.” http://www.visionradio.com.mx/?p=6128