Hace unos días tuve la oportunidad de dar una vuelta por la
ciudad de México. Desde luego, la ciudad majestuosa y soberbia ante su
dinamismo que nada la detiene. Robusta y colosal en cada fragmento de la metrópoli.
Es ahí donde México, exhala su aliento!!!
Caminando descubres que: las protestas son parte de la cultura de los
que ahí habitan y que aburridos de la cotidianidad recurren a una marcha, segados por la monotonía y sus
dificultades. Expresan su libertad a manifestarse.
Los jóvenes (al igual que los jóvenes de alma), incitados
por revolucionar sus ideales, creen a ciegas la palabra decadente de AMLO. Encontrados en
la cerrazón de un maniático enfermo de poder. ¡Y que si! ha contribuido a la
democracia, pero al día de hoy se ahoga en su propia historia.
¡AMLO!, ¿no se da cuenta que México ya no es más el país que
ayudo a su desarrollo? Su retorica conferencia
se ha vuelto lineal y retrograda. Se le
agradece su contribución al desarrollo de una nación, pero ahora su cantaleta no
funciona.
No negaré la capacidad de AMLO de convencer! pero a esos
millones, que no se permiten ser libres
en su manera de pensar y no liberan su percepción ¿Qué les espera?. En lo que a mi respecta, seguiré
contemplando y tolerando el repudio creado por la religión obradorista.
No nos
queda más, somos libres.
A pesar de todo, la ciudad de México no deja de ser un lugar
hermoso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario