El poder de las mentiras de AMLO!!!
Hoy he querido comentarles rápidamente el poder de la
palabra, que ejerce el obradorismo. Esa religión que siega y ensordece a sus
creyentes. Sé también que esas mentiras que gurda Andrés Manuel López Obrador,
son reflejo de ver un mejor país y que sus campañas interminables que datan
desde 1988, no le han sido suficiente para obtener sus logros personales.
Aun con
su victoria (en la cual hubo un dudoso registro), como jefe de Gobierno del
Distrito federal, le ha permitido afiliar a mas creyentes a su causa.
El se ha valido mediante medios de información aliados a su
causa emitiendo ataques a todos aquellos que sean contrarios a sus ideales. Un ejemplo
de lo que señalo es la editorial periodística del Por Esto. Sin duda a nivel
nacional es uno de los periódicos de mayor circulación en base a su publicación
de tipo regional y nacional.
Lo faccioso de su proceder lo explicó Román Revueltas Retes en
su publicación del 24 de julio de 2012 en milenio.com:
“Decir algo no significa que sea cierto. Para
mayores señas, miren como comienza un comunicado de la llamada Organización
Política del Pueblo y los Trabajadores: “El desaseo de los comicios del 1° de
julio, la actuación facciosa del Instituto Federal Electoral, de su Presidente
Leonardo Valdés Zurita, de Felipe Calderón, de Josefina Vázquez Mota, de
Gabriel Quadri, de Oscar Arias representante de OEA y de los monopolios de la
comunicación, confirman el carácter fraudulento de todo el proceso electoral y
la existencia de un plan fraguado durante el gobierno usurpador para imponer en
la presidencia de la república a uno de los representantes de la derecha, en
este caso a Enrique Peña Nieto”.
Pues bien, alguna gente, por el mero hecho de leer
un párrafo donde se hacen algunas afirmaciones, las toma como verdades que no
se discuten. Y así, ese “desaseo” que da pie a colegir —así, sin más— que las
pasadas elecciones tuvieron un “carácter fraudulento” y, de ahí, a determinar
que hay un plan “fraguado durante (sic) el gobierno usurpador”
(de nuevo, otra afirmación que necesitaría, por lo menos, de algún respaldo)
“para imponer […] a uno de los representantes de la derecha” (yo pensaba que
los de derechas eran los otros, los persignados del PAN) vendría siendo una
especie de palabra sagrada de naturaleza irrebatible por sí misma.
Pero, ¿dónde está, justamente, el tal “desaseo” si
las elecciones fueron llevadas a cabo por nosotros mismos, los ciudadanos de
este país, trasmutados, por mandato del IFE, en inspectores de las votaciones?
Y, sobre todo ¿qué tipo de organización y qué métodos tendríamos que
implementar para que un proceso electoral no fuera “desaseado” y no pudiera ser
cuestionado de ninguna manera? ¿No basta la presencia de representantes de todos los
partidos en todas las mesas electorales? ¿No es suficiente que
los votos se cuenten en las narices de esos mismos representantes y que cada
uno de ello estampe libre y voluntariamente su firma de conformidad en las
actas? Pues, por lo visto, no. Todo esto es puro “desaseo”. Ah…”
Hay que revisar la fuente y tener el criterio suficiente, a lo que me recuerda los Tres Filtros de Sócrates.
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